Por flavio Buchieri
A horas para que el país inicie una nueva transferencia del mando presidencial desde Mauricio Macri a Alberto Fernández, lo que está claro es que, a diferencia de la anterior, el país está en un contexto económico más difícil donde el peso de la herencia que deja el primero al segundo es, en gran parte de los indicadores que se pueden mostrar al efecto, mayor y/o dinámicamente más inestables que los que este recibió por parte de su predecesora. Sí es evidente que el contexto político es más complejo, a pesar del resultado electoral de Octubre donde Cambiemos recuperó competitividad electoral que se traduce, al menos en su representación legislativa, en un mayor equilibrio del poder político en la
Cámara de Diputados aunque no sea la misma situación en la de Senadores. La Presidencia de este cuerpo, ahora en manos de Cristina Fernández de Kirchner, augura un filtro difícil de atravesar para cualquier cambio que se recomiende desde el pragmatismo y/o la necesidad, aunque el mismo choque con el perfil ideológico de la ex Presidenta.
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