La distribución social del esfuerzo en el programa de estabilización libertario, por Leandro Rodríguez.
Los programas de estabilización macroeconómica y de recuperación del valor de la moneda nacional, en especial cuando devienen de regímenes de inflación alta y crónica, suelen implicar un cierto costo temporario en materia de crecimiento, empleo y bienestar. En la literatura económica ello se conoce como “ratio de sacrificio”: es la magnitud del esfuerzo que la sociedad debe enfrentar para bajar la inflación. La experiencia histórica confirma la existencia de este fenómeno, el cual, no obstante, ha sido muy variable y heterogéneo. En algunas circunstancias incluso esta ratio de sacrificio no se ha verificado. Ahora bien, aun asumiendo que la desinflación impone un costo social temporario, cabe también hacer otra pregunta, igualmente pertinente: ¿En qué sectores y estratos sociales recae con mayor intensidad el referido esfuerzo? Es decir, ¿cómo se distribuye socialmente la carga del ajuste macroeconómico? Tal es la pregunta que pretendemos responder en este informe para el caso del programa de estabilización libertario (2024). A ese fin, apelamos a datos oficiales, publicados por el INDEC y el Banco Central.
En ese sentido, la principal conclusión a la que arribamos según la información disponible, es que todos los estratos sociales -globalmente considerados- vieron afectados sus ingresos reales en 2024 (primeros tres trimestres). Sin embargo, el costo del programa ha impactado más en los sectores vulnerables y en las clases medias que en la clase alta. En efecto, mientras que el ingreso real de los estratos medios bajos y sectores vulnerables cayó más del 12% en los primeros 3 trimestres de 2024 respecto de igual período de 2023, el ingreso real del 10% más rico de la sociedad cayó un 6,2%. Es decir, la mitad de la caída de los más pobres. Ello a pesar de la política gubernamental de sostener el poder adquisitivo de los programas sociales de vasto alcance, que evidentemente son necesarios, pero no suficientes.